Tanto la cebolla como el ajo son alimentos muy tóxicos para nuestros perros, además por mecanismos similares. Da igual que sean crudos, cocinados o en polvo (condimentos), igualmente son tóxicos para nuestros perros.
Contienen sulfóxidos nocivos para los perros. Estos destruyen los glóbulos rojos de la sangre degenerando en una anemia. A su vez, liberan la hemoglobina de estas células, la cual es tóxica para el riñón y causan insuficiencia renal aguda.
Aunque es cierto que es necesario ingerir cantidades elevadas para experimentar problemas graves, la susceptibilidad individual hace que algunos animales sean más propensos a tener formas graves de esta intoxicación.
Cuando un perro come cebolla o ajo, los síntomas no son inmediatos, sino que pasan cuatro o cinco días hasta que muestran los primeros síntomas. Los más típicos son cansancio o intolerancia al ejercicio consecuentes por la anemia.
También podremos notar como el color de su orina cambia a anaranjado o rojizo a causa de que sus glóbulos rojos se han roto y los pigmentos que contienen han salido al torrente sanguíneo y han sido filtrados por el riñón.
Por lo general a los perros no les gusta ni la cebolla ni el ajo crudo, pero cuando a un perro se le alimenta con sobras con cebolla cocinada, es posible que sin ser conscientes le estemos aportando estas toxinas.
Los Lácteos con lactasa
La inmensa mayoría de productos lácteos son nocivos para nuestros perros, por contener lactosa. Esta es un azúcar muy abundante en la la leche y que se digiere en el organismo gracias a la enzima lactasa.
La mayoría de los perros dejan de crear esta enzima a los pocos meses de vida, cuando su alimentación con leche materna termina, por lo que no son capaces de digerir la lactosa que contiene la leche o sus derivados, provocando daños en su sistema gastrointestinal.
Los síntomas más habituales por la ingestión de lactosa son:
- Aumento de las flatulencias.
- Diarrea.
- Picor anal.
- Vómitos.
La leche pasa a ser yogur o queso a partir de la fermentación por bacterias específicas. Cada queso y yogur es producido por la fermentación por parte de unas bacterias. Cada queso tiene su propia especie bacteriana, leche (de un animal u otro) y procesado especial.
En líneas generales, cuanto más tiempo estén fermentando con las bacterias, menos lactosa tendrá el producto lácteo ya que este es el azúcar que utilizan las bacterias para obtener energía. Cuanto más tiempo estén, más lactosa consumen. (este proceso es el mismo que sucede en el intestino de un perro que no digiere la lactosa, con los síntomas ya comentados).
Por esto mismo, no todos los lácteos serán nocivos, ya que el problema no es el lácteo, sino la lactosa. Los yogures naturales contienen cantidades mínimas de esta, ya que ha sido consumida por los lacto-bacilos añadidos a la leche para producir el yogur. Los yogures naturales pueden ser beneficiosos para nuestros perros, para conocer más haz click en el enlace.
Por otro lado, quesos frescos o fermentados brevemente tendrán cantidades de lactosa mayores (ya que las bacterias no habrán consumido gran parte de la lactosa). Quesos curados más tiempo serán a priori más seguros, sin embargo, existiendo muchos alimentos que nuestros animales pueden comer, es mejor optar por los que resulten más seguros.
La Patata, el tomate y el aguacate
Los tomates y patatas pueden ser alimentos tremendamente nutritivos para nuestros perros siempre que se consuman en su estado apropiado de madurez y en el caso de las patatas, de cocción.
Si se consumen antes de tiempo contienen glicoalcaloides en el caso del tomate y solanina en el caso de la patata. En el caso de las patatas, es recomendable darlas cocidas o asadas en el microondas, ya que su almidón es indigestible (tanto en humanos como en perros).
Una vez cocido resulta totalmente asimilable y una fuente muy interesante de carbohidratos.
Por su parte, el tomate además de en su estado óptimo de madurez, debe ser administrado sin pepitas, ya que pueden originar efectos indeseables en nuestra mascota. Conociendo la complejidad de esta fruta para apartar las pepitas, como prevención es recomendables abstenernos de darla.
Las Uvas y pasas
Se desconoce por qué las uvas son tan toxicas para los perros, aun está en estudio pero ha quedado claramente demostrado que son altamente nocivas para ellos. La simple ingesta de unas pocas uvas puede causar una grave insuficiencia renal en tu perro, que podría matarlo.
Es importante incidir en que la dosis a la cual este alimento es tóxico es muy baja. Ya con unas pocas podemos observar el inicio de los síntomas tales como diarrea y dolor abdominal previos a la patología renal.
Antaño se premiaba a los perros con pasas, como se hace hoy en día con las “galletitas” o “trozos de salchicha”, algo que con el tiempo ha quedado claramente demostrado que es muy inadecuado. Aunque tu perro haya comido uvas sin padecer ningún problema, no te arriesgues a darle nuevamente ya que ningún perro es inmune a las toxinas de esta fruta.
Obviamente tampoco es recomendable darles pasas o derivados de la uva, ya que contienen las mismas toxinas para nuestros perros. Incluso en las pasas están más concentradas, por lo que a igualdad de dosis, los efectos pueden ser mucho peores.
Las semillas de la fruta
Los mecanismos por los que una semilla puede resultar tóxica van desde componentes químicos que esta posee como en el caso ya comentado del tomate, el aguacate o la manzana o por la acción mecánica y obstructiva de estas como en el caso del melocotón o la ciruela.
El caso más representativo sería el de la manzana, cuya semilla contienen una sustancia llamada amigdalina, la cual al descomponerse genera cianuro, compuesto muy tóxico. Un perro intoxicado por semillas con cianuro puede presentar síntomas graves como hiper-ventilación, convulsiones, problemas respiratorios graves e incluso la muerte.
Por otra parte, las obstrucciones intestinales son motivo de vómitos persistentes, dolor abdominal e incluso pueden facilitar una torsión-dilatación gástrica, la cual si no es atendida y operada de urgencia es letal.
En este último caso el consumo de estas semillas suele ser accidental ya que a casi nadie se le ocurre administrarlas por el simple hecho de que nosotros no nos las comemos. En perros que rebuscan en la basura de casa debemos tener especial atención o bien cuando estemos comiendo estas frutas vigilar que no se nos caiga la semilla.
El Hígado es nocivo en grandes cantidades
El hígado es un alimento con proteínas de gran valor biológico, hierro, cobre y vitaminas del grupo B y vitamina D. Por esto es muy utilizado en la formulación de piensos, especialmente de cachorros o en dietas caseras de forma ocasional.
El problema contiene una alta cantidad de vitamina A, esta vitamina no es nociva (es más, es necesaria) en dosis adecuadas, pero nuestros perros no pueden asimilar de forma natural cantidades tan elevadas como las que proporciona el hígado.
Incluso con los otros micronutrientes ya comentados antes como el cobre o la vitamina D pueden acumularse también con efectos indeseables. En pequeñas porciones se puede dar a nuestro perro, muy de vez en cuando, no debe convertirse en un alimento cotidiano.
Es utilizado en dietas de comida natural como la dieta BARF, aunque por lo general es mejor servirlo cocido que crudo ya que hay una gran cantidad de parasitosis zoonóticas que pueden adquirir los perros por la ingestión de alimento crudo.
No obstante, no solo es el hígado entero el que va a resultar problemático. Dado que la vitamina A es un lípido, el aceite de hígado tendrá estas cantidades de vitamina A tan altas y resultará igualmente tóxico. Otro aspecto a tener en cuenta es la alimentación con hígados de pescado o sus aceites (concretamente el de bacalao).
Un perro con exceso de vitamina A puede padecer anorexia, deformación de huesos del cuello (muy dolorosa) e incluso la muerte. Pese a todo esto, el tratamiento se basa en alimentar con una dieta equilibrada y retirar la vitamina A a esas dosis.
Los huesos cocinados
Muchas personas piensan que los huesos son muy sanos para los perros, los han comido toda la vida y nunca pasó nada…. no pueden estar más equivocadas. Los únicos huesos que puede comer un perro son los huesos carnosos y/o lechosos, tales como carcasas de pollo, alitas, muslos, costillas de cerdo, etc… siempre deben estar completamente crudos, nunca cocinados.
Los huesos cocinados se astillan al masticarlos y pueden quedar clavados en la garganta o sistema gastrointestinal de nuestro perro, algo que puede causarle incluso la muerte. Otros huesos que los perros pueden comer, son los grandes, duros y redondos, como la rodilla de vaca o ternera. Nunca des a tu perro huesos cocinados o inapropiados, solo huesos tiernos y lechosos o rodilla de vaca.
El Alcohol
No conocemos a nadie que en su sano juicio piense siquiera en darle alcohol a su perro, pero si a muchas personas capaces de bromear con ello. Un poco de cerveza o de vino al perro a ver si le gusta, o se pone un poco borracho…. Son bromas que nunca debes poner en práctica, ya que el alcohol es un veneno muy potente para los perros.
En dosis medias, puede causar que nuestro perro entre en coma o muera. No es ninguna broma, los perros no toleran el alcohol.
Otros alimentos tóxicos para perros
- Nueces, son tóxicas por su alto contenido en fósforo, nada recomendables para nuestros perros.
- Huevos crudos, su cascara puede producir salmonelosis en nuestros perros, algo que puede matarlos. Deben darse sin cascara.
- Salmón y otros pescados crudos, pueden contener toxinas y parásitos muy peligrosos. Si vas a dárselo completamente crudo, congélalo por unos días primero para matar parásitos.
- Setas, la mayoría de setas y hongos tienen toxinas muy peligrosas para los perros. Pueden provocar vómitos, diarreas, problemas renales….
- Café o té, la cafeína es puro veneno para nuestros perros. No pueden tomar nada que contenga cafeína ni derivados.
- Golosinas, dulces o caramelos, normalmente contienen azúcar o xilitol, un edulcorante muy nocivo para nuestros perros al igual que el propio azúcar.
- Sal, la sal le sienta fatal a los perros, produce convulsiones y vómitos, en casos graves incluso la muerte.
- Raspas de pescados grandes, muy poco recomendables en la alimentación de tu perro. Pueden provocar problemas en todo el sistema digestivo.
- Comida caducada, algunas personas dan la comida en mal estado o con moho a sus perros…. algo muy poco recomendable por las toxinas que pueden tener.
- Acelgas o espinacas, ya que contienen ácido oxálico, nocivo para la salud de nuestros perros.
- Levaduras, si estamos haciendo masa para pan o repostería debemos tener cuidado con nuestros perros. La levadura es muy toxica para ellos y no deben comerla nunca.
- Grasa, los perros comen alimentos grasos por supuesto, pero siempre en medidas controladas. El exceso de grasa puede provocar graves problemas pancreáticos, diarreas y vómitos.
Estos son los alimentos cotidianos más nocivos para nuestros perros, aunque no los únicos. Debemos asegurarnos bien de lo que le damos a nuestro perro, ya que como hemos comentado, lo que nos sienta bien a nosotros no tiene porque sentarle bien a nuestro perro.